jueves, 10 de enero de 2019

Realidad paralela 410


E non ti servirà il ricordo. Hace diez días, diez años, diez siglos que suena, incesante, a 45 revoluciones por minuto, el vals, ese vals, el único vals que supo bailar. En compás de un, dos, tres por cuatro se mueve entre antiguas madejas pasadas, con hilos danzantes, temblantes, al son del silencio.

Non ti servirà più a niente, tararea mientras se recoge el cabello, que ha olvidado su color original, que fue el primero en comprender que el tiempo y el tempo se ha detenido, perdido en unas aguas cada vez más y más profundas, oscuras, que han dejado de fluir, estancadas en una ciénaga de nula visibilidad, filtrándose por ese fondo que parecía sólido, poco a poco, gota a gota, recuerdo a recuerdo, hasta desaparecer.

Mientras tanto, carica d’anni e di castità, vive la vida que vivió, la misma desde hace diez días, diez años, diez siglos. A veces, en esos silencios que inundan cada centímetro cuadrado, a veces, llama a sus hijos, entre llantos desconsolados, a aquellos hijos que nunca acuden. A veces, sólo a veces, se da cuenta de que nunca existieron, y llora aún más desconsoladamente. A veces, en los días lúcidos,  estalla en carcajadas ante las oraciones coleccionadas a lo largo de los días, los años, los siglos, en forma de estampitas. Las recita a gritos blasfemando entre verso y verso, como en una especie de rebeldía final a la espera de que el torbellino formado por esa fuga descontrolada de días, años, siglos dé paso al arranque y fin de los tiempos, del tempo, de su tiempo, che vola e va.


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