Quizás no lo sepas, pero me
conoces; tal vez aún no te hayas dado cuenta, pero me necesitas. Hemos crecido
juntas, una frente a la otra, en planos paralelos que sólo se cortan en una
recta impropia. Impropia, inapropiada, impura. Una recta maldita que en pocas
ocasiones hemos alcanzado pero ¡oh, qué ocasiones! Magia, hemos hecho verdadera
magia tú y yo.
Acostumbrada a ser actriz
protagonista, has tenido hasta ahora los más elevados papeles. Has reinado sobre todos los demás, ejerciendo tu
recta tiranía. Siempre correcta, pulcra, limpia en tu hacer, jamás una mácula
ensombreció tus actuaciones en solitario.
Otras te han consentido ejercer
ese poder que nunca te fue realmente otorgado. Yo, Judas maldita, he sido la
única rebelde. He roto las barreras de la geometría para llegar hasta ti,
besarte y traicionar todo por cuanto hayas trabajado. Dueña de cada hilo,
incapaz de resolver los nudos, has sido la marionetista manipulada. Te he
besado y de nuestras bocas han surgido las
maravillas más siniestras y las más hermosas… Pero me has apartado, rechazado,
exiliado. Has querido controlarme, encerrarme en la grieta más profunda,
olvidarme para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario